Este mes de junio Paterna ha vuelto al
cinturón rojo, que dejó de pertenecer durante las dos
legislaturas del PP y ésta anterior que estuvo muy
repartido.
Sagredo, con su particular y vecinal
forma de gobernar, ha arrasado en la elecciones municipales,
como sus seguidores y algunos tertulianos cibernéticos
vaticinábamos. La mayoría absoluta le dejará por fin mostrar
su política municipal en estos cuatro años, sin ningún tipo
de oposición que frene el posible avance de Paterna hacia el
modelo de ciudad diseñado por el PSPV-PSOE del pueblo.
Estas elecciones ha irrumpido un nuevo
partido en el Pleno, Vox tiene dos sillones que el tiempo
dirá para que le sirven. Igual que ha pasado con los que han
dejado el resto de partidos de nueva firma, Compromís,
Ciudadanos y Podemos, que han visto reducir sus concejales,
e incluso dejar de tenerlos, como este último. El PP también
ha menguado el número de ediles en dos, siguiendo con la
tónica estatal de castigo a este partido. Por primera vez en
la democracia paternera, Izquierda Unida no tiene
representación municipal, algo que debería valorar con el
fin de renovarse y adaptarse a los tiempos que vivimos.
De nuevo las elecciones municipales
hacen que la política se convierta en personalismo y se
premie el trabajo realizado por todo un equipo con un gran
dirigente.